[vc_row][vc_column][vc_column_text]Esta es la historia de una heroína de la Revolución Mexicana, una mujer que a los 13 años en contra de la voluntad de sus padres se enlista en la Revolución Mexicana, se incorpora por su propia decisión un grupo de enfermeras que recién había creado Doña Leonor Villegas de Magnon, presidenta de la Cruz Blanca.[/vc_column_text][vc_video link=»https://www.youtube.com/watch?v=EoR1dyGhGt8″ css=».vc_custom_1559063914920{padding-top: 15px !important;padding-bottom: 15px !important;}»][vc_column_text]Era 7 de febrero de 1913 cuando Adela Velarde Pérez sube por primera vez al tren de enfermería en la Ciudad de Chihuahua, su misión a partir de ese momento era atender a los heridos del Ejército Constitucionalista. Ella, Adela prefirió dejar la vida cómoda holgada y sin preocupaciones que le daba su familia de muy buena posición y alentada por Leonor se decidió servir, no como soldadera, sino como enfermera, inicialmente del regimiento del Coronel Alfredo Breceda.
Risueña, delgada, y bonita; pronto todos los soldados de la tropa comenzaron a llamarla Adelita.
Dice el cronista de Zaragoza, Coahuila, José Alberto Galindo Galindo, que esa Adelita es justamente la de la canción que se hizo popular desde aquellos años, que todos conocemos. Y como lo dice la historia, Adelita estuvo en el frente de batalla del 7 de febrero de 1913 al 15 de agosto de 1914 y que atendiendo a los lesionados del Ejército Constitucionalista. Fue así como conoció un día al Sargento Antonio Gil del Río Armenta militar de las fuerzas de Pancho Villa. Él fue quién le compuso el corrido que es de los más famosos de la Revolución Mexicana.
Primero fue una canción de amor y después un llamado, una arenga, un himno de los soldados para ir a combate; y dice la crónica de entonces que Antonio le llevaba serenata al tren de enfermería para cantarle el ahora famoso corrido
Descansan en Estados Unidos bueno porque ella vivió allí hasta que murió en 1971, el 4 de septiembre. Treinta años antes el 22 de febrero de 1941 la Secretaría de la Defensa otorgó en vida a Adela Velarde Pérez la Condecoración al Mérito Revolucionario y, veinte años más tarde, el 8 de diciembre de 1961 el Congreso de la Unión le concedió pensión vitalicia.
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acampado se encontraba un regimiento
y una moza que valiente lo seguía
locamente enamorada del sargento.
la mujer que el sargento idolatraba
que además de ser valiente era bonita
que hasta el mismo coronel la respetaba.
aquel que tanto la quería
la seguiría por tierra y por mar,
si por mar en un buque de guerra
si por tierra en un tren militar.
y si Adelita ya fuera mi mujer,
le compraría un vestido de seda
para llevarla a bailar al cuartel.
y la tropa regresó a su campamento
por la vez de una mujer que sollozaba
la plegaria se oyó en el campamento.
de perder para siempre su adorada
escondiendo su dolor bajo el reboso
a su amada le cantó de esta manera
aquel que tanto se moría
y mi cadáver lo van a sepultar,
Adelita, por Dios te lo ruego,
que por mí no vayas a llorar.
[/vc_column_text][vc_column_text]Extraído:
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