El Departamento de Educación de Estados Unidos investigará si la Universidad viola los derechos civiles de los estudiantes LGBTQ+.
A pesar de haber relajado su código de honor en 2020 eliminando una regla que prohibía expresamente el “comportamiento homosexual” entre sus alumnos, la Universidad Brigham Young, o BYU por sus siglas en inglés, una escuela privada afiliada a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, se encuentra en la mira del Departamento de Educación de Estados Unidos por el tratamiento que los estudiantes LGBTQ+ reciben en esa institución.
Poco tiempo después de la enmienda del código de honor, y en vista de que muchos estudiante la interpretaron como una libertad para expresarse libremente, personeros de la universidad aclararon que las relaciones románticas entre personas del mismo sexo seguirían estando prohibidas, y que aquellos estudiantes que rompieran la regla o fuesen vistas haciendo demostraciones públicas de afecto serían sancionados.
El código de honor de BYU también prohíbe el uso de barbas y de piercings. BYU tiene incluso una sección en su página web para que los estudiantes denuncien violaciones al código de honor que ellos crean que han sido cometidas por sus compañeros.
Según un reportaje del Salt Lake City Tribune, la investigación está siendo llevada a cabo por la lOficina de Derechos Civiles del Departamento de Educación, o OCR por sus siglas en inglés la cual se ocupa de las violaciones de las protecciones contenidas en el Título IX de las enmiendas educativas de 1972, que según la interpretación legal del departamento proteje a los estudiantes contra discriminación por motivos de su orientación sexual o identidad de genero.
Carri Jenkins, portavoz de BYU, dijo a través de un comunicado que la institución tenía conocimiento de la investigación desde el pasado mes de octubre, pero que se considera exenta del cumplimiento de las reglas del Título IX que entran en conflicto con los principios religiosos de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, y que no esperaban “ninguna acción adicional por parte de OCR sobre esta queja”.
Pero, la investigación no se limitará a hechos y evidencias, sino que buscará resolver la cuestión de si las reglas discriminatorias del código de honor de la universidad son justificables en vista del estado de BYU como una escuela religiosa privada o si violan las leyes y los derechos civiles de los estudiantes LGBTQ+.
El tratamiento de los estudiantes LGBTQ+ por parte de BYU ha causado controversia pública en los últimos años, durante los cuales la escuela ha sido el blanco de múltiples acciones legales por parte de alumnos y exalumnos, por presuntos episodios de discriminación.
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